lunes, 2 de mayo de 2016

LOS EDULCORANTES ARTIFICIALES, Segunda parte


En el segundo post sobre los Edulcorantes Artificiales o sintéticos, veamos con mayor detalle el grupo de los  Polioles, denominados alcoholes de azúcar, que no son alcoholes ni azúcares, aunque proceden de manipulaciones industriales de azúcares refinados como la sacarosa, fructosa, glucosa, maltosa, dextrosa y otros.

Se obtienen mediante fermentaciones y otros procedimientos efectuados a los sacáridos. El término sacárido es un concepto genérico empleado para designar los azúcares y sus muchos derivados.

Se caracterizan porque son bajos en calorías lo que los diferencia de los otros edulcorantes naturales refinados y no refinados como el azúcar blanco, moreno y la panela que es el azúcar integral de la caña de azúcar.  

En las etiquetas, se encuentran los nombres de los Polioles indicados con la terminación “ol” y están constituidos por diversas fórmulas o nomenclaturas moleculares diseñadas para su producción a partir de monosacáridos, disacáridos y polisacáridos. 









Este detalle, hace necesario abordar el tema de los supuestos carbohidratos presentes en los Polioles, por lo que es preciso explicar que un carbohidrato es un alimento natural que consta de un conjunto de nutrientes como sacáridos, vitaminas del Complejo B, minerales, aceites y proteinas aunque en menor proporción.




Los sacáridos como los almidones (polisacáridos) o azúcares completos como los cereales y las féculas son los que están en mayores cantidades y conforman el 95% aproximado del  total, y los azúcares simples (monosacáridos) como la miel de abeja y el jugo de la caña cuyo mayor componente es el agua. 

El refinamiento de los carbohidratos enteros consiste en aislar los sacáridos del resto de los nutrientes. Tal es el caso de las harinas de los cereales como la del trigo y el maíz que son los más usados, y los azúcares refinados como la sacarosa y la fructosa.

Es su desnaturalización pues pierden sus verdaderos valores nutricionales quedando convertidos en alimentos incompletos que tienen un efecto nulo como nutrientes y por supuesto, no sano en nuestro organismo. 

Pero el hiperrefinamiento de los azúcares simples que dan origen a los Polioles y su consumo abundante y permanente, generan una infinidad de trastornos y enfermedades, y como ya dijimos en un post anterior en relación con el azúcar refinado, también los Polioles llegan a ser los primeros y más frecuentes acidificadores del organismo.







Como los Polioles tienen menos calorías que el azúcar refinado, incrementan bastante el sabor dulce, son ingeridos en cantidades pequeñas y por lo mismo, pueden inducir su consumo en cantidades aumentadas, lo que constituye otra causa más de trastornos severos de diversa índole.

Así mismo, afectan más a las personas de edad que a los jóvenes y, como ya sabemos, los efectos de una substancia no es siempre la misma en todas las personas pues unas tienen un organismo más resistente que otras.

Por estas y otras razones, los Polioles, tienen gran demanda como sustitutos del sabor de los azúcares no de los carbohidratos. Por ambas razones no son recomendables como aditivos en la alimentación diaria.

Entonces, lo mejor y más saludable es desprenderse poco a poco de esa especie de dependencia que muchas personas tienen del sabor dulce y de los sabores muy agradables de otros alimentos que los contienen como saborizantes que tienen una procedencia industrial.







El paladar acepta todo, el sistema digestivo no y lo que es rechazado por la digestión no se le puede imponer al organismo por la fuerza del deseo. 


Estos productos no son necesarios en la alimentación de ninguna persona; por lo tanto, se puede prescindir de ellos para liberar el organismo de una pesada carga.


LA CONTROVERSIA SOBRE LOS POLIOLES


Como en el caso de los otros edulcorantes artificiales, los Polioles tienen también una controversia sobre su relativa inocuidad en la salud, aunque es digno de señalar que los promotores de esta supuesta inocuidad, admiten que pueden provocar algunos efectos nocivos cuando se consumen de modo permanente y en cantidades superiores a las dosificadas. 

El argumento principal es que se digieren mal, que no se metabolizan completamente, que pueden causar diarreas, flatulencia y otros trastornos gastrointestinales, pero nada más.

Ahora bien, éstos efectos son los que se perciben directamente o en primer lugar, efectos localizados podríamos decir, pero es preciso considerar que los efectos nocivos de los Polioles no se quedan únicamente en el sistema digestivo.

Si provocan trastornos en el sistema gastrointestinal, es lógico considerar que también y con plena seguridad que provocan daños cuando ingresan a la circulación sanguinea. Al pasar al torrente circulatorio, se distribuyen a todo el organismo causando perturbaciones en los órganos y/o áreas débiles en las personas según la predisposición individual a padecer uno o más trastornos según su constitución psicosomática.

Este es el punto central de la cuestión y que es válido tanto para los edulcorantes como para los alimentos que han perdido su valor biológico o nutricional que es la parte esencial y vital de todo alimento.

Los Polioles se promueven también argumentando que propician la buena salud bucal (ausencia de caries), control del peso corporal y que no suben la glicemia.

En síntesis, los Polioles, más allá de toda argumentación sobre sus efectos menores o relativamente inocuos en la salud humana, son otras sustancias ajenas al organismo por más que se diga que son derivados de la sacarosa, del azúcar de las frutas o que contienen “carbohidratos” y ya sabemos que no lo son, aunque provengan de las manipulaciones químicas que se hacen con los sacáridos. ¡No es lo mismo la unidad que una pequeña parte de la unidad!



LISTA DE LOS POLIOLES MÁS USADOS


El "Sorbitol" (E 420), el más común de los Polioles, es un derivado de la dextrosa industrializada extraida de edulcorantes naturales como la miel, las frutas y de almidón de cereales.

Se dice que el Sorbitol se encuentra en forma natural en la miel y las frutas. Eso también se dice de la sacarosa y la fructosa que se encuentra abundantemente en la caña de azúcar, en la miel y en las frutas. Aqui el calificativo "natural" no cabe, no tiene lugar...!









Estos argumentos no validan el valor que se le quiere dar a los Polioles para que sean aceptados como "naturales" pues cuando se habla de ellos (Sorbitol, sacarosa, fructosa, dextrosa…) se entiende que se trata de productos aislados y manipulados química e industrialmente que los convierte en subproductos desvitalizados y de basura que queda depositada en el organismo.

Se usa también como laxante en fármacos contra el estreñimiento con los siguientes posibles efectos secundarios severos: fuertes dolores en el estómago, diarrea persistente, vómitos, sangrado rectal con la salida de materia fecal oscura, mezclada con sangre, deseos frecuentes de defecar, mareos y una condición de debilidad general. 

El “Manitol” (E 421) es un Poliol muy utilizado en la industria alimentaria por su versatilidad en la industria farmacéutica. En los países de habla inglesa se conoce con los nombres de Roquette, Cargill y Ingredion.

Proviene de la manosa, un azúcar extraido de algunas plantas, por eso se le conoce también como azúcar de maná o extracto de sabia de maná y se utiliza en confitería, repostería y alimentos “light”.

El “Glicerol” (E 422), el menos cocido de los Polioles, es un tipo de edulcorante sintético humectante por su composición viscosa o glicerosa de origen animal extraido de la piel de reses y cerdos, o vegetal extraido de aceites de coco y otras plantas. También tiene una presentación granulosa más gruesa que de los otros Polioles      
               





En la industria alimentaria se le encuentra en barras de cereales, barras de chocolates, chicles, infinidad de confituras, refrescos embotellados, salsas, quesos untables, gelatinas... Se usa como espesante y estabilizante de alimentos como salsas, margarinas, mayonesas, yogures, leches líquidas, en polvo, condensadas, bebidas lacteas, pudines, gelatinas, etc.  

En la industria farmacéutica se utiliza para confeccionar supositorios, pastillas, cápsulas, anestésicos, jarabes, cremas, ungüentos, etc.

En la industria cosmética en la elaboración de jabones, productos como cremas para el cuidado de la piel, en la del tabaco para camuflar el sabor desagradable de los cigarrillos y así en una multitud de usos que van mucho más allá de la industria alimentaria.

Se utiliza también en los suplementos deportivos, particularmente en bebidas energizantes e hidratantes debido a las propiedades que en este sentido le han atribuido al Glicerol y que lo liga al aumento del volumen o masa muscular.  

El “Isomaltitol” (E 953) o Isomalt conocido comercialmente como Isobyalt (marca comercial), es poco digerible y su materia prima es el azúcar refinado.

En Wikipedia encontramos la siguiente descripción de las características del Isomaltitol que son más o menos las mismas que las de otros polioles:

El Isomaltitol es un Poliol de apariencia cristalina e inodoro y tiene aplicaciones como conservante al igual que otros polioles. Esta propiedad es aprovechada en productos dulces como cereales de caja y galletas entre otros. También da estabilidad a otros componentes de estos productos, hace mas crujiente los cereales y evita la aparición de mohos.

El “Maltitol” (E 965) que proviene de almidones de cereales, es un producto cristalino granulado muy fino, casi polvo, de color blanco y viene también en forma de Jarabe de Maltitol.

Se encuentra en chocolates, helados, bebidas carbonatadas, frutas enlatadas y en miles de golosinas. En la repostería se usa porque retiene la humedad en los productos horneados.

El “Lactitol” (E 966), proveniente de la lactosa (azúcar de la leche), es el más utilizado en la industria que produce alimentos de muy bajo contenido en calorías.

El Lactitol es parte de varios medicamentos recetados que se usan como laxante o contra el estreñimiento crónico, y para otras formulaciones tiene muchas contraindicaciones.

En la medicina no está aconsejado para mujeres embarazadas y en cuanto a sus efectos secundarios suelen ser los mismos que los de los otros Polioles.

El “Xilitol” (E 967). Procede del azúcar xilosa que a su vez proviene del abedul y también se extrae de fermentaciones del maíz. Se le encuentra mayormente en los chicles. 

Entre sus efectos secundarios particulares, se dice que ocasiona hipoglicemia si se usa en cantidades superiores a las indicadas en las dosificaciones. También se cuentan entre sus contraindicaciones, la diarrea y los varios trastornos gastrointestinales como los generados por los otros Polioles.

Quienes promueven las propiedades del Xilitol, dicen que se encuentra naturalmente en varias frutas y que el organismo lo produce, razón por lo cual, dicen, es el edulcorante sintético que más debería de usarse en las personas que padecen diabetes o hipoglicemia. 

El “Eritritol” (E 968), es otro de los Polioles más bajos en calorías por lo que es  uno de los más empleados por personas que padecen diabetes.









Procede de varias fermentaciones que se le hacen a la glucosa del maíz y del trigo y, como todos los demás edulcorantes sintéticos, se elimina en la orina sin cambios en su composición; es decir, ingieres ¡eritritol y orinas eritritol!

Tiene efectos secundarios parecidos a los de los otros Polioles y, al igual que los otros edulcorantes industriales o comerciales, el Eritritol presenta una gran cantidad de posibilidades de uso en la industria alimentaria.



CONCLUSIONES


Primeramente, el organismo humano no se adapta a los edulcorantes artificiales (incluida la Stevia procesada también en laboratorios) que en la actualidad son más de 200 marcas.

En segundo lugar, hay otros riesgos: los muchos aditivos utilizados para la elaboración de los Polioles, se suman al coctel de aditivos alimentarios que hay en los productos que los contienen como en los quesos untables, salsas, repostería, confitería...

En un mismo producto, gelatinas, gomas de colores y bebidas cafeinadas enlatadas por ejemplo, hay una enorme cantidad de saborizantes, colorantes y edulcorantes sintéticos. Un ejemplo de ello es la coca-cola “light” que tiene tres edulcorantes: aspartamo, ciclamato y Acesulfamo más una larga lista de aditivos que supera los 30.

Un caramelo puede fácilmente contener entre 30 y 50 aditivos, un yogur de marca contiene de 20 a 30 según la marca.

Nuestro organismo no está hecho para metabolizar los Polioles y toda esa gran cantidad de pseudoalimentos que los contienen porque están excesivamente procesados, además de carecer completamente de valor nutricional. Ingerirlos constantemente, es exponerse a graves problemas de salud en el mediano y largo plazo.

Es indispensable ser más analíticos y reflexivos en este asunto de los edulcorantes sintéticos, lo mismo que en la nutrición y alimentación en general, porque tenemos la tendencia a creer muchas cosas en relación con la alimentación. 

Un aspecto negativo del creer es la tendencia a creer lo que nos conviene o nos agrada y ésto se aplica también a todo lo relacionado con la alimentación.

Es importante acostumbrarse a establecer diferencias entre una cosa y otra, lo cual se puede lograr por medio de la observación, la reflexión y la comparación para estar más seguros de lo que analizamos y valoramos.

Es la razón y el sentido lógico de las cosas, lo que debe prevalecer sobre la creencia. Creer es el comienzo del raciocinio que debe abrirnos el camino en la búsqueda de las veracidades de aquello que necesitamos saber, como en la alimentación pues es el tema que estamos tratando.

Hacemos uso de la duda para analizar, examinar, comparar e investigar al ir más allá de los decires y creencias que oímos y leemos por todas partes. Esta es una vía segura para protegerse de la ignorancia que hay en cualquier cosa o situación, más aún cuando se trata de nuestra alimentación diaria. En este sentido la responsabilidad es nuestra, sólo nuestra.

Cuando te has dado cuente que te enfermaste porque has consumido durante años un edulcorante sintético como el aspartamo, lo primero que debes hacer es dejar de consumirlo del todo y no reemplazarlo por otro edulcorante sintético. Si el caso es grave se requiere la asistencia especializada e idónea de un Médico con vocación para la Medicina y conocedor de estas problemáticas.

Finalmente, el consumo diario y en bajas cantidades de algún poliol, puede llegar con el tiempo a ser pernicioso a la salud. Sus efectos pueden ir desde leves malestares gastrointestinales a los cuales se puede uno acostumbrar sin prestarle atención, hasta insomnio, dolores de cabeza y de espalda y una serie de trastornos que usualmente no se asocian al consumo permanente de edulcorantes sintéticos.

¿Cómo saberlo? Dejando de consumir tu edulcorante favorito durante un tiempo más o menos largo y observar cuidadosamente la señal del organismo, señal que es inequívoca porque la respuesta fisiológica no se hará esperar y es digna de todo crédito.






El enlace muestra el tipo de campaña que hay detrás de la producción industrial de los edulcorantes artificiales y polioles, y el video presenta un documental sobre al azúcar refinado.





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