Sus efectos negativos en la Salud
Conceptos generales
Saludos cordiales y bienvenidos a esta serie de artículos sobre un tema muy importante que es parte fundamental de nuestra cultura alimentaria: el de los aditivos químicos contenidos en los alimentos procesados que se manufacturan en todas partes.
En el tema de la nutrición, la alimentación y la salud, los aditivos alimentarios constituyen una problemática que reclama con urgencia nuestra atención pues no es posible ignorar por más tiempo esta realidad alimentaria que concierne a todos.
No podemos desconocer que el consumo permanente de varios alimentos procesados y manufacturados industrialmente, deja en el cuerpo un depósito de basura industrial intoxicante que el organismo no alcanza a eliminar completamente.
Entre los efectos nocivos en la salud están: disminución de nuestras fuerzas vitales, dolores físicos, alergias y trastornos de la más variada índole entre ellos los del hígado, además de que el consumo diario durante meses y años de estas substancias puede ser una de las causas significativas de varias enfermedades graves.
Si no le has dado importancia al asunto, necesitas documentarte al respecto y para ello sólo tienes que empezar a leer este primer artículo para que comiences a implementar un programa de nutrición con base en el conocimiento, aunque sea básico, de los aditivos químicos contenidos en tus alimentos favoritos.
Consigue entonces una buena lupa para que leas las etiquetas de los alimentos procesados que consumes y empieces a observar los resultados en tu cuerpo.
CASI TODOS LOS ALIMENTOS INDUSTRIALIZADOS
TIENEN POCO VALOR BIOLÓGICO
Con el debido respeto por los empresarios e industriales que procesan alimentos para su venta masiva en estos tiempos en que se requiere mantenerlos en estado de conservación y que son procesados con una enorme cantidad de productos químicos como conservantes, saborizantes, colorantes, edulcorantes, emulsionantes, estabilizantes, etc., vamos a abordar el controvertido tema de los alimentos industrializados.
Es controvertido porque hay quienes defienden la teoría de que son inocuos, que el organismo los elimina a través de la orina, que no se ha verificado científicamente sus efectos nocivos en la salud humana, que son indispensables, etc., etc.
La primera preocupación de los industriales y productores de alimentos es el cumplimiento de todos los estándares internacionales de calidad, tomando poco en consideración que deterioran la calidad natural del alimento que someten a la manipulación industrial.
En la industrialización de los alimentos se ignora que el verdadero valor de los alimentos está en su calidad biológica y no en la calidad industrial que en la actualidad utiliza una tecnología avanzada que hace perder parcial o totalmente la calidad vital de los alimentos que se procesan.
Ahora bien, hay industrias alimentarias que tienen una tecnología adecuada para conservar esta calidad natural de sus productos hasta donde sea posible. Un ejemplo de ello es la producción de aceite de oliva como se hace en España, por ejemplo.
Estas industrias llegan a ser un modelo a seguir porque toman en cuenta la preservación del valor biológico de los alimentos y de sus nutrientes para que no se pierdan ni se degraden.
El modelo se podría replicar en otras industrias alimentarias pues en muchas de aquellas los alimentos son tratados como cosas y los distribuyen como productos de “trato delicado” para que no disminuya su valor comercial y no se “desmejoren” las condiciones de su detallada producción.
Y nosotros, los que buscamos el modo de alimentarnos sanamente, estamos aquí como víctimas impotentes y como observadores minuciosos para conocer y prever las consecuencias indeseables que las muchas formas de manipulación alimentaria generan como consecuencias nefastas para nuestra salud.
EL PALADAR ACEPTA TODO,
EL SISTEMA DIGESTIVO NO!!!
Nadie desconoce que los saborizantes artificiales dan un delicioso sabor a las comidas, ni negar las ventajas de los conservantes que proporcionan el relativo estado de conservación en que se mantienen, tampoco se puede objetar que son una solución rápida o momentánea a la necesidad de alimentarse.
Pero lo que más debe importarnos, es el daño que los aditivos químicos generan en la salud de las personas que los usan de modo permanente.
La función del sabor no es, propiamente, para disfrutar de alimentos deliciosos sino el de conocer y detectar el estado y las condiciones en que un alimento llega a nuestra boca.
El sabor es importante en su debido nivel funcional: el sabor de lo natural, pero este tema vamos a abordarlo cuando lleguemos a los saborizantes y aromatizantes artificiales y por ahora esta nota es un avance.
LOS ADITIVOS MÁS TÓXICOS SON LOS MAS USADOS
El tema de los aditivos químicos aún no se divulga masivamente con carácter de advertencia, y es poco lo que la gran masa humana sabe sobre productos tan utilizados en la industria alimentaria, sobre todo los más utilizados como la tartrazina, el glutamato monosódico, el bromato de potasio usado en la industria panificadora, los benzoatos, los nitratos y nitritos usados en las carnes y otras substancias que son altamente nocivas a la salud humana.
En el campo de la nutrición, la alimentación y la salud, este tema es uno de los más neurálgicos junto al del consumo de azúcar blanco, que también se usa como conservante de frutas enlatadas, lo mismo que el de las harinas refinadas y los productos de la repostería que es un mercado enorme.
De un lado, está el consumo diario de estos alimentos, y del otro, su producción masiva con un control insuficiente o nulo de su calidad biológica no así en su calidad industrial que tiene un minucioso control tecnológico.
NO TODOS LOS ADITIVOS QUÍMICOS
SON DE ALTA TOXICIDAD
Los aditivos alimentarios no tienen que ser tóxicos. Con el correr de los años, la producción de aditivos de baja toxicidad, aunque no sean baratos en un comienzo, llegará a ser posible y necesaria sobre todo en la calidad de los conservantes, pero ello implicaría un conjunto de investigaciones que es necesario emprender, desarrollar e implementar.
Eso mejoraría el panorama en el caso de alimentos procesados con conservantes que no tengan efectos tan intoxicantes como el glutamato monosódico el más utilizado por sus usos como “mejorador o potenciador de sabor” de los alimentos y que es muy utilizado en los restaurantes como conservante y saborizador de salsas.
Hay también otros conservantes que son tanto o más tóxicos como el Ácido Benzoico, el Ácido Sórbico y los Nitritos y Nitratos, estos últimos se utilizan para “mejorar el color” de carnes y embutidos.
Para quienes no son tan rigurosos a la hora considerar el contenido de aditivos en los alimentos, esta propuesta es una alternativa atractiva, y para quienes están claros a la hora de examinar el contenido de aditivos en los alimentos que consiguen, la propuesta tomaría sentido y abriría posibilidades de producción y comercialización de nuevos conservantes bajos en toxicidad.
En todo caso, quienes sí somos rigurosos en la exigencia de alimentos sanos y limpios, no tenemos el problema de elegir o no elegir: no hay antojos y no tenemos que hacer un esfuerzo de voluntad para no elegir un alimento que puede parecer provocativo a los ojos y al paladar.
LOS ADITIVOS INNECESARIOS
Hay varios aditivos inútiles como los colorantes, que, además de ser muy tóxicos como la Tartrazina el más utilizado de los colorantes y el Aspartamo entre los edulcorantes, incrementan el efecto intoxicante de otros aditivos presentes en los caramelos, refrescos embotellados, helados, etc.
Los colorantes son la cosmética de los alimentos y se agregan también para suplir la pérdida del color natural que resulta del proceso de elaboración. Si muchos alimentos industrializados no tuvieran colorantes añadidos, no se verían atractivos para los compradores, particularmente para los niños tan susceptibles a la influencia de los colores fuertes de estos los alimentos artificialmente confeccionados.
También están los edulcorantes en cuya lista hay algunos altamente tóxicos como los Ciclamatos, el Aspartamo y el Neotamo, una variante del anterior que ha sido prohibido en varios países por su alta toxicidad como vimos en los artículos de Los Edulcorantes Artificiales publicados en este blog en 2016.
LA DIVERGENCIA ENTRE LOS ALIMENTOS
Y LOS ADITIVOS QUÍMICOS
Ahora bien, los industriales que procesan alimentos no son nutricionistas, ni están asesorados por un consejo de nutricionistas de diversas especialidades y hasta se podría afirmar que poco o nada saben de nutrición; por lo tanto, no están en capacidad de prever las consecuencias sanitarias de estos productos.
Y los encargados de promoverlos no lo hacen pensando en proteger la salud de la gentes sino en favorecer su uso según las reglamentaciones vigentes con argumentaciones sobre el efecto inocuo o leve de muchos de los aditivos alimentarios lo cual es cierto pues no todos son muy tóxicos.
Entre los productores de aditivos, muchos conocen bien el problema que ya es una problemática mundial y que forzosamente tienen que conocer. Ante esta penosa realidad tenemos que preguntarnos:
¿asumen ellos las responsabilidades del mal estado de salud de las personas que consumen de modo permanente los alimentos que contienen los aditivos que producen?
La respuesta a esta pregunta, en opinión de quien ésto escribe, es: NO... porque la responsabilidad es nuestra, únicamente nuestra pues somos nosotros quienes elegimos qué alimentos buscamos y qué alimentos comemos.
Así como los productores de aditivos alimentarios y los productores de alimentos industrializados han hecho su elección, también nosotros hacemos la nuestra para decidir la forma como queremos alimentarnos.
Es por eso que estamos en la necesidad de documentarnos al respecto en un mundo ampliamente informado en éste y en todos los temas, no solamente en los de la alimentación, y todo ello gracias a la red de Ia Internet, lo que implica una tarea más que debemos sumar a nuestra vida si queremos vivirla inteligentemente.
Es tan crítica la situación y tan desatendida por las autoridades de muchos países que son las redes sociales y su enorme poder de informar y generar gigantescas corrientes de opinión, las que finalmente están asumiendo la tarea de alertar a las gentes al respecto.
Hay muchos blogs bien documentados que hacen publicaciones con anuncios sobre la peligrosidad de una gran cantidad de aditivos contenidos en nuestros alimentos.
CONCLUSIONES
He insistido en una frase que se repite varias veces en estos artículos: el uso permanente de aditivos alimentarios porque es ahí donde está realmente el problema.
Esa es la razón por la que recomiendo en casos de trastornos o dolores neuromusculares y otras señales de malestar, la suspensión por un tiempo de la ingesta de un alimento procesado que se ha estado consumiendo de modo permanente como salsas, quesos untables, productos de repostería, panes, tortillas, etc.
Si el trastorno, la alergia, el dolor, la fatiga, el agotamiento, el insomnio o cualquiera otra señal de indisposición cede, entonces la causa de todo ello es, sin lugar a dudas, el o los aditivos químicos contenidos en el alimento que se dejó de ingerir durante ese tiempo.
Ahora bien, no siempre los aditivos alimentarios dejan señales como esas en el cuerpo porque hay organismos con un gran tolerancia a los efectos dañosos de estas substancias y las personas en estas condiciones no manifiestan directamente algún malestar, lo que no indica que en casos así, los aditivos sean inocuos.
Entonces, el verdadero problema alimentario comienza con la mala calidad de los alimentos industrializados por la forma como son tratados desde el comienzo mismo de los procesos de producción, cuando eran alimentos naturales.
Esto ocurre sobre todo con los de origen vegetal no tanto con los alimentos proteicos como los quesos. En tales procesos, los alimentos vegetales pierden todos o la mayor parte de sus nutrientes y, por lo tanto, su valor biológico.
La pérdida del sabor natural es la pérdida del valor biológico y energético de los alimentos, es la degradación de su condición natural y la de sus nutrientes. Lo que hacen los aditivos alimentarios es restaurar aparentemente el alimento que se ha desnaturalizado a lo largo del proceso de producción.
La pérdida del sabor natural es la pérdida del valor biológico y energético de los alimentos, es la degradación de su condición natural y la de sus nutrientes. Lo que hacen los aditivos alimentarios es restaurar aparentemente el alimento que se ha desnaturalizado a lo largo del proceso de producción.
He ahí pues, un gran problema alimenticio con sus dos componentes: la mala calidad de los alimentos procesados y los aditivos que se agregan para las finalidades que sabemos. Son dos situaciones diferentes que se unen en los alimentos industrialmente producidos.
En la mala calidad de los alimentos, también hay que considerar otros factores que menciono de paso porque ya han sido tratados en varias de mis publicaciones en G+: el cambio climático que arruina las cosechas, los agrotóxicos (pesticidas y herbicidas), los alimentos genéticamente modificados y los fertilizantes artificiales o nitrogenados que empobrecen y enferman el suelo.
Hay más factores que se pueden seguir mencionando pero éstos son los principales para tener, de esta realidad, un conocimiento necesario de las causas reales que nos permita entender bien el origen del problema de la Nutrición, la Alimentación y la Salud en los tiempos actuales.
Así pues, el uso y abuso de los conservantes, colorantes, saborizantes, estabilizantes, emulsionantes y de otros aditivos menos conocidos, además de los fertilizantes y agrotóxicos con los que se cultivan los alimentos que se procesan, se ha convertido, en un problema de salud pública sin que se haya denunciado abiertamente como tal y, por lo mismo, ha llegado a ser una endemia mundial.
Se sabe que son más de 7.000 los aditivos utilizados en la industria alimentaria, que todos están clasificados y que la mayor parte de la información de cada aditivo se encuentra disponible gratuitamente en la Internet.
Están también los aditivos no clasificados como conservantes de alta toxicidad que se producen en algunos países por estudiantes de química o por químicos que ven en eso una fuente de ingresos y que los expenden sin control y sin conocimiento de las consecuencias que eso genera en la producción de alimentos procesados de distribución doméstica.
Por todo lo dicho, los aditivos alimentarios es sólo una parte significativa de enorme problema alimentario que tiene la humanidad de esta época entre el siglo XX y XXI; es decir, es un problema relativamente nuevo y que no hemos heredado del pasado.
Finalmente diremos que es a los padres, en particular a las madres, a quienes les corresponde la responsabilidad de enseñar e introducir en sus hijos los hábitos correctos de la alimentación como debe ser y no lo que la industria alimentaria quiere que hagamos.
Finalmente diremos que es a los padres, en particular a las madres, a quienes les corresponde la responsabilidad de enseñar e introducir en sus hijos los hábitos correctos de la alimentación como debe ser y no lo que la industria alimentaria quiere que hagamos.
Animo a los lectores para que se documenten todos los días, que tengan la lupa siempre a disposición cuando van a los supermercados, que lean sin prisa los contenidos que aparecen obligatoriamente en las etiquetas de los empaques y que investiguen en su propio organismo sobre el particular con el recurso de los acopios investigativos de sus propias experiencias personales en su organismo y los que pueden encontrar en la Internet donde hay suficientes publicaciones al respecto.
Dejemos hasta aquí el tema para continuarlo en la próxima publicación y les agradezco vuestra atención y difusión. Que tengan un buen y meditativo fin de semana
El video que ilustra el artículo, Eres lo que Comes, contiene varios temas esenciales sobre los efectos más nocivos a la salud.
El primero de los enlaces, El Peligro de los Aditivos Alimentarios, es un interesante artículo que trata sobre la controversia que hay en torno a estas substancias, el segundo es una publicación típica sobre los temas de discusión que hay acerca de los aditivos alimentarios, y el tercero nos cuenta lo qué ocurrió con una hamburguesa luego de 14 años de haber salido de una cocina.
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