miércoles, 13 de diciembre de 2017

LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS III

LOS SABORIZANTES


Saludos cordiales a todos. Nuevamente con Ustedes para seguir en el tema de los Aditivos Alimentarios con esta tercera entrega en la que hablaremos con mayor amplitud sobre los Saborizantes que tienen sus propias particularidades entre la muy larga lista de los demás aditivos y que es conveniente conocer.


Se trata de varias especificaciones a tener en cuenta para elegir o no elegir al momento de adquirir un alimento según su sabor.
                                                                       



Para hablar de los saborizantes, tendríamos que mencionar, de paso solamente, un tema muy actual que relaciona el término disfrutar con la estrategia de marketing que está por todo lado en la industria alimentaria.


Es por lo que la gente se ha acostumbrado a ver los alimentos en función del
disfrute que ellos producen y no en el de su valor nutricional.


Asimismo, es por esta razón que los productores de alimentos industriales tienen tanto éxito pues lo que hacen es suministrar a las gentes lo que buscan en los supermercados y hacerles una publicidad que tiene como objetivo asegurar las ventas.


Y la gente, al preferir el sabor artificial sobre valor nutricional de los alimentos, lo que hace es justificar, sostener y expandir la industria alimentaria en la forma como se ha establecido en la actualidad, y de paso deteriorar su organismo cuando la ingesta de estos alimentos es permanente por meses y años o durante toda la vida.





En la enorme cantidad de publicaciones que hay sobre los saborizantes y conservantes, se encuentra una constante: la de sus "atributos" que es más correcto denominar cualidades o características porque el término atributo es para designar la primera propiedad de los alimentos naturales como su valor biológico o nutricional que es la de ser alimento y medicina al mismo tiempo.


Veamos este ejemplo extraído de una publicación: El sabor, el aspecto y la textura son los atributos más importantes que pueden apreciarse en los alimentos…  La importancia relativa de cada uno de ellos varía con el tipo de alimento y la ausencia o el deterioro de alguno afecta la calidad sensorial del mismo, dando como resultado una menor aceptación del producto o el rechazo por parte del consumidor.


A esta clasificación de cualidades (no exactamente de atributos) que se encuentran  en los  alimentos industrializados, le falta la primera: el valor biológico o nutricional que es el atributo principal de cada alimento porque lo categoriza como la de ser alimento y medicina pues ambos atributos no existen por separado.


Sin embargo, es necesario reconocer que algunos alimentos procesados conservan gran parte de su valor biológico como algunos cereales no refinados, quesos y otros productos lácteos como la mantequilla, la crema de leche y algunos pocos yogures.




El valor biológico de un alimento es lo que hace la diferencia entre los naturales y los procesados. Esta característica es lo que llega a ser el motivo principal al momento de la elección que en la filosofía y la ciencia de la nutrición, la alimentación y la salud no puede faltar.



FUNCIONES del SABOR en los ALIMENTOS



Este es un tema de primera importancia pues es lo que nos induce a elegir el alimento que hemos de ingerir ya que hay un componente psicológico grandemente significativo al momento de alimentarnos.


Son varias la funciones que cumplen los sabores en los alimentos
y la primera de ellas es la de ser los indicadores de su estado y de sus propiedades nutricionales y medicinales.


Esta es una de las razones principales por lo que buscamos los sabores de los alimentos que elegimos conscientemente en cada ocasión, lo que no ocurre con los sabores artificiales que anulan la relación que subsiste entre el sabor y el mecanismo cerebral que detecta sus propiedades mediante las señales enviadas desde la boca al cerebro para que se activen los principios vitales de sus funciones en el metabolismo general del cuerpo y libere las enzimas y jugos gástricos que complementan el proceso digestivo.


                                                                                                          



Si un alimento que llega a la boca está falseado por los saborizantes y tiene poco o nada de nutrientes, cuál es la señal que la boca envía al cerebro y cuál es la repuesta de éste en el proceso de la digestión y del metabolismo en general?

He ahí un tema a investigar seriamente por parte de los científicos realmente comprometidos con el auténtico conocimiento de la nutrición, la alimentación y la salud!

Es también la razón por la que no debemos comer rápido, como también el motivo lógico que nos obliga a masticar bien pues todo lo que ocurre entre la sensación del sabor mientras masticamos y las funciones cerebrales que se activan en esos momentos, son definitivas en el proceso digestivo de los alimentos y en el asimilativo de los nutrientes.



El Sabor es una Propiedad Esencial de los Alimentos


Si deseamos comer fresas, entonces sentimos su sabor e imaginamos su color rojo y su forma acorazonada. Cuando ésto ocurre es porque una o varias funciones del organismo necesitan algunos de sus nutrientes. 








Si deseamos una cocacola, es porque el organismo busca dar satisfacción a una dependencia que la gaseosa quita momentáneamente mediante las cafeínas, alcaloides y otras substancias que contiene.


Cuando necesitamos fresas  e ingerimos un yogur procesado que tiene un sabor artificial de fresa o comemos una mermelada de fresa, estamos engañando al organismo al tiempo que propiciamos que, en la unidad el organismo, se atrofie la importante función que tiene nuestro cuerpo de expresarse mediante señales indicativas de que las cosas están bien o mal.


El sabor es parte inseparable de los alimentos naturales y nos permiten percibir su estado y condición. Así, el sabor de una manzana natural cultivada correctamente es muy diferente al sabor de una manzana transgénica, de hecho todas las manzanas transgénicas tienen una calidad y sabor diferente, lo que no sucede con las naturales.


Una naranja ingerida en el momento de haber sido cogida del árbol tiene un sabor diferente al que tendrá varios días después, otro si se come en otro lugar una semana después y cuando el alimento se degrada ya no se puede o no se debe comer.


A qué se debe ello? A razones del proceso mismo por el que pasa esa naranja o cualquiera otro alimento: desde el momento en que es recolectado todo alimento comienza su proceso natural de degradación.


El sabor es también un indicador de la calidad y cantidad de nutrientes que un alimento contiene. Una manzana o cualquier otro alimento transgénico, tiene un sabor y una calidad biológica diferentes, muy disminuidos por supuesto, a una que no lo es, y una manzana bien cultivada en tierra fértil, lugar apropiado de cultivo y buen clima tendrá una calidad biológica muy superior, un sabor más concentrado y sabroso que otra cultivada en circunstancias diferentes.






En fin, el agrado y la satisfacción del sabor de los alimentos desempeñan un papel importante a la hora de alimentarse. En el caso de los alimentos naturales, el sabor cumple una función nutricional y terapéutica específica pero en el de los alimentos procesados, el sabor es suplantado por uno artificial lo que hacer perder en mucho o del todo su valor biológico. Es el caso de los yogures y de las leches malteadas entre otros muchos de estos productos.


SABORIZANTES y CONDIMENTOS NATURALES


Cada alimento tiene su propio sabor, es lo que lo que lo caracteriza y define en sus propiedades curativas y alimenticias. Entre los saborizante naturales que se pueden usar a diario sin riesgos para el sistema digestivo están la Stevia y el Jengibre en primer lugar pues, además del gran valor biológico que aportan a los alimentos, mejoran considerablemente su sabor sin comprometer su calidad nutricional.







Con Stevia, Jengibre, orégano, corteza de piña y limón, media cucharadita de mostaza en polvo, ajos y pimentón sofreídos en aceite de oliva o mantequilla clarificada (sin mezclarlos o combinarlos porque no son compatibles) también conocida como Ghee y licuados en una solución de aceite de oliva virgen o de coco también virgen, se pueden preparar deliciosas salsas para las ensaladas de verduras, las papas al horno o yucas al vapor, para mejorar la calidad nutricional del arroz integral o blanco, las lentejas y los demás granos.


El repertorio de salsas elaboradas a base de saborizantes naturales es muy amplio y cada amante de la buena y sana cocina las puede preparar según su creatividad al diseñarlas para cada ocasión con equilibrio y buen gusto a la hora de sentarse a la mesa a disfrutar de los más sabrosos y nutritivos menús.




LAS ESPECIAS


Entre los saborizantes naturales hay que incluir las especias o condimentos que tienen una larga trayectoria en la historia de la alimentación humana.  


 






Provenientes de semillas, cortezas y hojas de árboles y plantas, las especias son substancias concentradas que agregan un olor y sabor intenso a los alimentos.


Contienen gran cantidad de nutrientes y se requiere conocer muy bien el modo de usarlas y combinarlas para prevenir sabores desagradables y efectos indeseables en la digestión ya que tienen la capacidad de generar estados de acidez digestiva y es causa de varios trastornos en el sistema digestivo como el aumento de la gastritis si se utilizan constantemente.

Son propias de los climas tropicales y muy cálidos como la India y el oriente medio que las han usado por siglos en su alimentación. Entre las más comunes están: la pimienta, la mostaza, la canela, los clavos de olor, la nuez moscada,  el azafrán, la cúrcuma, etc., y variedades de plantas como el anís, el tomillo, el laurel, el orégano, el romero, la salvia y otras muchas más.


El manejo de fórmulas de combinaciones y cantidades es uno de los secretos de cocina de muchos chefs especializados en el uso de las especias.


Si se quiere mantener un equilibrio entre alcalinidad, fermentación digestiva y
bajos niveles de acidez, la preparación de alimentos con especias debe ser en bajas concentraciones y con poca frecuencia.


Para un paladar sensible no se requieren cargas de condimentos a base de especias pues es suficiente una buena combinación de máximo tres clases de estas substancias de colores y sabores intensos.


La combinación en pequeñas cantidades de especias con Jengibre y Stevia
es suficiente para darle sabor al plato fuerte del almuerzo y es conveniente que en esa ocasión el primer plato sea una abundante ensalada verde que contraste con el color de las especias, y completada con aceite de oliva y unas gotas de limón.







Esta mezcla prepara las vías digestivas generando un ambiente alcalino que recibirá los siguientes alimentos y para que, al evitar el exceso de acidez, se conserven sus valores nutricionales.




Los SABORIZANTES ARTIFICIALES más TÓXICOS


Entre los saborizantes más intoxicantes se encuentra el glutamato monosódico, (conocido también como ajinomoto, mejorador del sabor y otros nombres), los nitritos y los nitratos usados principalmente como conservantes y resaltadores de sabor de carnes y embutidos. También están el de vainilla, fresa, coco y los recientes idénticos al sabor natural de frutas.


Ahora bien, se dice que los saborizantes son de dos clases: los artificiales y los naturales. Sin embargo, los sabores naturales de los alimentos son irreemplazables y el querer imitarlos con la etiqueta idéntico al natural no convierte a un saborizante en natural pues es artificial.


Es frecuente encontrar este anuncio como parte de la etiqueta de un producto como en el caso del Té Verde con sabor a durazno que le reduce el beneficio de esta magnífica planta y le agrega un efecto intoxicante.


Algunos saborizantes artificiales idénticos al natural contienen neurotoxinas que originan daño en el sistema nervioso y causan agotamiento, producen sueño en el trabajo y otras condiciones que exponen a situaciones de estrés y al síndrome de adaptación en casos de estrés extremo si se consumen más allá de lo normal. Usualmente estas infusiones se endulzan con edulcorantes artificiales que añaden más toxicidad.





                                                        
Hablamos de saborizantes como la vainilla, el de fresa en los chocolates, y los sabores idénticos al natural como el de durazno, mora, manzana u otros junto a productos de repostería que tienen altas concentraciones de substancias intoxicantes en un coctel de aditivos que fácilmente pueden ser entre 50 y 70 por unidad.



La Sal, los Edulcorantes y los Aceites Refinados como Saborizantes


La sal es uno de los componentes básicos de los saborizantes industrializados junto al azúcar o edulcorantes artificiales y a los aceites refinados. Esta mezcla más otros saborizantes es abundante en las salsas, quesos untables y productos de repostería.






A dicha mezcla se le agregan aditivos como colorantes, aromatizantes, conservantes, emulsionantes, etc. Con el tiempo y sin darse cuenta, la gente que los consume se vuelve adicta a esos y otros sabores y aditivos que no aparecen en las etiquetas.  


Los alimentos procesados que más contienen esta mezcla son los quesos de untar, tortas, mayonesas, mostazas y las demás salsas.  





CONCLUSIONES


En el proceso de mejorar los hábitos alimenticios, la elección de un alimento por su sabor natural y su calidad biológica, es lo primero a tener en cuenta.

Tal elección requiere conocimientos genuinos, una voluntad firme y una disciplina alimentaria que permita elegir inteligentemente para mantenerse en la vía de una mejor forma de alimentarse y un mejor estado de salud.


En la era de la información que vivimos en forma definitiva, los conocimientos necesarios sobre los aditivos alimentarios se pueden alcanzar en poco tiempo en tanto esa voluntad evoluciona conscientemente como resultado de las lecciones que una forma equivocada de alimentarse nos deja.


Ahora bien, los sabores naturales son o tienen cuatro cualidades: el dulce, el amargo, el ácido y el picante. El sabor salado como lo conocemos, no existe en la naturaleza pues ningún alimento se caracteriza por ser salado como sí lo son los otros alimentos.


Asimismo, el sabor salado es algo del que es conveniente cuidarse bastante porque no debe ser otro factor que dictamine la elección al momento de alimentarse pues no es saludable comerla en exceso y varias veces al día para no recargar la corriente sanguínea de sodio pues el sudor y la orina son salados por las cargas de sodio que contienen.


Ningún alimento carece de sabor, aun el agua tiene el suyo propio, un sabor neutro que deja percibir su calidad específica y sus propiedades. Así sabremos si es agua de manantial, potable tratada químicamente y con aditivos o si está contaminada.


Sin embargo, es pertinente preguntarse: porqué el sabor salado atrae tanto a las personas como a los animales? Es seguro que hay varias explicaciones válidas pero al menos hay una que nos hace ver la importancia de regular la ingesta de sal y eliminar del todo la sal refinada, conocida como sal común o de mesa, de nuestra alimentación.


Una respuesta es: porque el agua de mar es rica en oligoelementos que son parte constitutiva vital, micronutrientes, de nuestro cuerpo. Bien se sabe que el plasma sanguíneo es semejante al agua del océano rica en oligoelementos que, como su nombre lo indica, son minerales que necesitamos en pequeñas cantidades y según la bioquímica, son 28 oligoelementos en equilibrio los que nuestro organismo necesita diariamente.


Cuando tenemos sed buscamos agua, cuando necesitamos alimentos energéticos buscamos carbohidratos, cuando necesitamos un alimento fuerte buscamos proteinas, cuando tenemos acidez digestiva buscamos alimentos alcalinizantes y cuando necesitamos oligoelementos tenemos deseos de alimentos ricos en sales minerales como los vegetales.


Pero la costumbre lleva a muchas personas a buscar alimentos salados, por lo que una marcada tendencia a la ingesta constante de sal puede estar evidenciar la carencia de varios oligoelementos pues el organismo busca siempre su equilibrio dentro de sus propias funciones con los recursos normales a su alcance.


Estos recursos son los nutrientes que se encuentran tanto en su interior como en el exterior y cuando varios de ellos faltan, la señal del organismo no se hace esperar y es enviada por el cerebro al individuo para que los busque en la alimentación.


Vivimos del oxígeno porque el oxígeno es parte de nuestro entorno, vivimos del agua por la misma razón, pero tenemos problemas cuando la señal del organismo está distorsionada o debilitada por el conflicto entre lo que deseamos sensorialmente como comida y lo que el organismo realmente necesita, lo que implica que podemos ejercer nuestra voluntad de control para restablecer el equilibrio funcional del organismo.

He ahí otra evidencia de lo indispensable que llega a ser el tener los conocimientos mínimos necesarios sobre nutrición para actuar en correspondencia con estas necesidades diarias del cuerpo.


Y aquí nos topamos con uno de los problemas generados por los saborizantes artificiales que al ser consumidos de modo permanente obstruyen o debilitan la función del organismo de emitir señales desde el cerebro a las áreas que están trastornadas. Es el caso de la vainilla tan abundante en la repostería y que es uno de los saborizantes más tóxicos por su efecto nocivo en el hígado .


Ocurre siempre que el organismo emite las señales pero las personas no lo asocian con lo que comen, lo que llega a ser una ignorancia fatal por tratarse de las causas de los trastornos de salud debidos a estos malos hábitos alimentarios.


Con el tiempo y según la resistencia de cada organismo a los efectos intoxicantes de uno o más aditivos, algunos órganos entran en crisis. Es cuando aparece el síntoma o directamente la enfermedad!


Esta situación que puedes estar padeciendo en este momento, tiene que hacernos tomar consciencia de dos realidades: la primera es indagar la causa alimentaria cuando tenemos un problema de salud y la segunda es la necesidad de elegir aquellos alimentarnos que el organismo realmente necesita.


Ahora bien, si por circunstancias de la actividad y del modo de vida de las personas, se tiene que recurrir a los alimentos procesados, hay que hacerlo con mucho discernimiento para saber qué comer, qué no comer y cuando.


Todo eso ocurre por cuenta de los sabores y los demás aditivos alimentarios que afectan de muchos modos el buen desempeño de la esa parte constitutiva sutil de nuestro cuerpo que es su inteligencia natural como función que mantiene la unidad funcional del organismo en todas sus partes.


Esa inteligencia natural es la que debemos atender, o rehabilitar, si queremos tener un perfecto control de nuestro organismo para mantenernos en un buen estado de salud y vitalidad.








Tomemos todo ésto en cuenta para que las épocas navideñas no nos traiga un año nuevo con trastornos de salud u hospitalizaciones por causa del abuso en la comida y la bebida.


Salud para todos y Felicidades...

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El video ilustrativo de este artículo, se refiere a los riesgos de los saborizantes y colorantes presentes en alimentos procesados.





El primer enlace para la documentación de este artículo contiene una investigación realizada por Carlos Beas Zárate especialista de la Universidad de Guadalajara, México (UdeG), sobre el daño neuronal causado por el consumo del glutamato monosódico como saborizante y conservante.
El segundo trata sobre la hiperactividad exacerbada de los niños que consumen alimentos con saborizantes y colorantes artificiales.
Y el tercero un artículo sobre las especias.


https://www.botanical-online.com/especias.htm

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